Olbia, llamada la "Ciudad Feliz" por los griegos, es el punto de acceso a la isla y el motor económico de Gallura. Restos del pasado se encuentran en varios rincones de la ciudad. Muchos hallazgos desenterrados en excavaciones, entre ellos un tesoro de casi 900 monedas de oro, se conservan en el Museo Arqueológico, situado cerca del aparcamiento del Molo Brin.
Un monumento muy querido por los habitantes de Olbia es la Basílica de S. Simplicio, construida entre finales del siglo XI y principios del XII: es el edificio de culto más importante del noreste de Cerdeña y el testimonio cristiano más antiguo de la isla. Bajo él se encuentra la necrópolis púnico-romana (posteriormente cristiana), compuesta por 450 tumbas.
Tras recorrer las callejuelas del casco antiguo, encontrará la iglesia barroca de San Paolo, con su llamativa cúpula multicolor de mayólica.
Los primeros testimonios del hombre en la ciudad y sus alrededores se remontan a los años 4000-3500 a.C.: el Pozo Sagrado "Sa Testa", las Tumbas de los Gigantes "su Monte de s'Aba" y el Nuraghe "riu Mulinu".
A partir del siglo VII a.C., la zona fue frecuentada primero por los fenicios y después por los griegos.
Bajo el dominio romano, la ciudad se convirtió en el principal centro de la costa oriental de Cerdeña. La Olbia de la época romana tenía calles pavimentadas y baños, de los que quedan vestigios cerca del ayuntamiento.
En 1999, durante las excavaciones para la construcción del túnel, reaparecieron en el antiguo puerto 24 pecios de barcos, hundidos en parte durante un asedio vándalo (los encontrará en el Museo Arqueológico).
A pocos kilómetros de Olbia hay numerosas playas, una más bella que otra. En particular, la playa de Pittulongu le impresionará por sus tonos azules, celestes y verde esmeralda y su fina arena blanca.
Da a un golfo espectacular, que protege la zona marina de Tavolara y da acceso a la exclusiva Costa Esmeralda.